30.1.12

Palabras de una Diosa ♥

Desíntoxícate de esos patrones sexuales que has interiorizado, sal de ellos respondiendo a estas preguntas:
¿Qué obtienes actualmente del sexo?
¿Adónde quieres llegar?
¿Actúas según tus propios deseos y sentimientos, o el amante de turno, la amiguita insidiosa, la publicidad, las pelis románticas, incluso las de Disney, te imponen normas que tú acatas una y otra vez cuando estás desnuda?
¿Te planteas lo que quieres en el sexo? ¿A qué esperas nena?
¿Acaban tus relaciones sexuales antes de que puedas empezar a pensar en todo esto? Pues hazlo antes.
¿Eres dueña del tiempo que se invierte en ti dentro de la relación sexual?
¿Alguna vez ha acabado y ni siquiera has practicado lo que te apetecía? Un cunilingus mono, de los buenos o que te masturben durante más ratito...

Una vez que te hayas desintoxicado puede que te conviertas para muchos en esta sociedad en una "puta", es decir, en una mujer que se relaciona con entera libertad con el sexo, sin pensar en consecuencias. En una mujer  a quien su propio placer le preocupa más que el de su pareja, que habla abiertamente de su vida sexual, que se atreve a decidir lo que quiere hacer con su cuerpo, y en una mujer "asquerosamente" libre que se enfrentará a todo tipo de acusaciones machistas hoy en día aún vigentes ¿Estás preparada, querida puta?
ACCIÓN

Daniela Blume
El Manual de Ponte a Prueba

29.1.12


-Sanji-kun...

En efecto. No había lugar a dudas. Esa era Nami. Su pelirroja. La segura y decidida navegante de la tripulación. Pero... algo no encajaba. Juraría que el tono con el que se dirigía a él, esa cadencia, tenía un atisbo de descarada sugerencia provocativa. Pero, no podía ser, ¿verdad? Ella, al igual que todas las féminas, siempre había rechazado sus rocambolescos flirteos. Sus fantasías debían de estar jugándosela... Sin embargo, ahí estaba su ángel, acercándosele con esa mirada que pretendía (y lo conseguía con creces) ser sexy.

-¿Na-nami-swan?

La navegante se acercó más a él, sus rostros apenas a un palmo, y esbozó una sonrisa seductora mientras, manteniendo la mirada en sus ojos, posaba una mano de dedos finos sobre el pecho de él, justo donde caía la corbata. Pudo notar cómo se ponía tenso. 'Qué curioso', pensó, entre sorprendida y divertida. Harta de que no la dejase en paz ni a sol ni a sombra, tenía ganas de ponerlo a prueba. A él, el galán empedernido, el auto proclamado príncipe, el cocinero pervertido... ¿Cómo reaccionaría si ella respondiera positivamente a sus declaraciones románticas? No pretendía llegar muy lejos, sólo se aburría en esa jornada tranquila a bordo del barco y ésta era una forma de matar el tiempo. Y, en el fondo, también tenía curiosidad. Además que el rubio tampoco es que le desagradara realmente, sabía que podía confiar en él, que nunca haría nada que ella no quisiera. Y estaba ciega si no admitía que estaba de buen ver.
Un dedo bajó siguiendo la caía de la corbata, y Sanji sintió un cosquilleo erizándole la piel. Un instante después más dedos jugueteaban con los botones de su camisa. Lenta, muy lentamente, con el flequillo pelirrojo rozándole la barbilla. Tragó saliva. Realmente estaba sucediendo.

-¿Nami-swan?

Parecía tonto. ¿No podía decir otra cosa? Tenía enfrente de él a su ángel más codiciado, a esa belleza salvaje, aparentemente dispuesta a hacer realidad el deseo de cualquier hombre, él el primero de todos. Ella, dignándose a tocarle con sus manos de hada. Y él, nervioso perdido, sin poder hacer otra cosa que repetir su nombre como un tonto, aturdido, en lugar de estar aprovechándose de la situación.
Ella lo miró con la cabeza inclinada, sus ojos chocolate lo veían entre finos mechones del color del fuego, fuego que sintió el rubio cuando las manos dejaron atrás la camisa y alcanzaron la piel de su pecho. Una sonrisa provocativa acompañando su mirada felina.

-Hoy es tu día de suerte, Sanji-kun...


Bajo la luna. Sobre la nieve.


Nieve, frío y noche para luego cambiarlo por arena, calor y sol y nuevamente regresar a ese clima tan peculiar que a pesar de congelar pudo encender una pasión.
Y es que él mismo era fuego… Un fuego penetrante y reconfortante que me hizo sentir amada por primera vez en mi vida y quizás la última.
Luego de aquella visita a Arabasta, luego de conocerlo, luego de cruzar miradas y un inevitable distanciamiento, pude darme cuenta que de una u otra forma, su mirada, sus gestos, su sonrisa, su forma de ser… Todas aquellas cosas habían calado muy hondo en mi alma y que era imposible escapar ya de los sentimientos que me había sembrado.
Lo vimos partir, irse con la promesa de que nos volveríamos a ver en algún punto del destino, y nuestro capitán, al ser su hermano y mejor amigo, sonrió… Había sonreído a modo de afirmación. Nos encontraríamos en algún punto del nuevo mundo y cada quién demostraría sus destrezas.
La verdad es que me había resignado a no volverlo a ver hasta después de mucho tiempo, años quizás, ya que cada quién seguía su propia ambición además del destino marcado por el Log Pose, no pude evitar mirar hacia el futuro para encontrarme con la divagación de que la próxima vez que lo vería yo iniciaría un encuentro más cercano. Quizás solo un abrazo o algo más.
Sonreí… Me limité a sonreír por mis divagaciones diarias, y después de algunos días me vi partir de aquel lugar dejando atrás a una camarada y a mis sueños de aquella pasión loca, pero en cambio trayendo conmigo a una amiga y unas esperanzas de volver a encontrármelo tarde o temprano.
No pasaron muchos días cuando encontramos una isla… "Genial, otra isla de invierno" pensé para ir en busca de mi chompa y demás ropa que me permitiera sobrevivir en aquel clima tan hostil, y es que hasta ese entonces, la sola idea de entrar en contacto con el frío me desagradaba.
Bajé a dar una vuelta para averiguar en cuánto tiempo el Log estaría listo, con entusiasmo descubrí que solo tardaría una noche, solamente una noche de frío y ya estaba… No podía pedir nada más. Me dispuse a ir de vuelta al barco para acurrucarme bajo las cálidas mantas y bebiendo el chocolate caliente que seguramente Sanji me había preparado, en eso estaba cuando de repente la imagen de la luna me petrificó, en verdad estaba hermosa aquella noche, tan grande y redonda, tan brillante, me quedé atrapada en ese hechizo de hermosura que emanaba.
Los recuerdos se posaron en mi cabeza y lo vi… Vi a Ace viniendo hacia mí con total calma, solamente con su pantalón anaranjado, su sombrero y sus músculos. No fue hasta sentir su cálida mano sobre mi mejilla que caí en cuenta de que no estaba alucinando; era real, tan real como yo misma y al mismo tiempo era un bendito sueño que se me presentaba.
Allí estábamos los dos, bajo la luz de la inmensa luna y sobre el manto frío y blanco de la nieve, sin decir nada, sin pronunciar palabra, solamente disfrutando del momento tan perfecto que se había creado. Sus labios rozaron los míos con la sutileza más sutil del mundo, con un cariño inesperado y recién surgido, con las mismas ansias que recorrían mis venas, y me dejé llevar por su cuerpo, por sus manos, por sus deseos que no eran otra cosa más que los míos propios.
Estando allí me recostó sobre la superficie inmaculada, y me observó un momento, con los ojos le dije que siguiera, que el frío era lo de menos, solamente me importaba amarlo… Amarlo como si no hubiese otro día, y es que era cierto, no habría otro día, al siguiente cada quien tomaría sus caminos y sería una despedida indefinida, en ese momento maldije la rapidez del Log para adaptarse.
Poco a poco las prendas fueron cediendo, marchitándose con cada segundo dejándonos totalmente descubiertos.
El cuerpo de Ace ardía… Literalmente ardía derritiendo la nieve que tocaba, me transmitía ese endemoniado calor que se contrarrestaba con el frío de mi espalda.
De repente sentí su ser penetrándome suavemente, pero por Dios, quemaba… su piel quemaba pero no importaba. Empezó su vaivén y yo me estremecía por la mezcla de sensaciones, dolor, ardor, frío y calor… Perfecto, a más de la luna que daba la iluminación perfecta.
Nos quedamos allí durante horas, viniéndonos con cada segundo, desahogando lo que a primera vista habíamos sentido y palpado como una realidad lejana, pero allí estábamos, devorándonos mutuamente mientras la luna se ocultaba en el firmamento.
Amaneció… Cruelmente la mañana nos encontró abrazados sobre la nieve derretida y nos obligó a decir las primeras palabras en todo el momento que habíamos vivido.
-Nami.- Había dicho.- Te encontraré otra vez en el nuevo mundo.- Afirmaba.
Yo solo atiné a asentir y responderle con un beso, estaba incapacitada para hablar ya que se me hacía muy duro tener que separarme de él apenas encontrándolo, pero no podía reclamar, es más, debía agradecer que la espera no haya sido eterna.
Lo despedí con un beso certero en los labios y el sonrió. Se fue tranquilamente dejando sus huellas en la nieve, pequeños charcos producto de sus pies descalzos, en cambio yo preferí quedarme un momento más en aquel lugar, desnuda completamente recibiendo el sol que tímido se levantaba.
Ahora, no puedo evitar llorar al mirar el periódico que me había hecho recordar aquellos eventos, veo el encabezado y sencillamente no lo puedo creer. Ahora estoy consciente de que la promesa hecha meses atrás no podrá ser cumplida… Había muerto, se había ido y yo sin poder estar a su lado. No contengo más el llanto verdadero que quiere surgir y grito, grito y lloro al haberlo perdido, golpeo las paredes mientras muerdo mis labios.
El frenesí me dura pocos segundos y caigo rendida al suelo por tanta energía inconscientemente desperdiciada, pero aún así exhausta sigo llorando por la razón de haber perdido definitivamente aquella relación que aunque duró poco había sido la más intensa, la más gratificante y pura.
Observo la luna, la misma luna que esa noche nos había presenciado se levanta orgullosa sobre el cielo nocturno de Wateria, decidí callar para rendirle luto al ser que había partido.
-Seguramente estará alcanzando el cielo- Me dice aquel anciano que me brindó posada cuando irremediablemente me separé de mis nakama.
Sonrío al saber que es cierto, muy probablemente sea cierto ya que era una buena alma, mi mirada se alza y percibo una brisa caliente tocando mi rostro, suspiro al imaginar que es él quién se ha despedido.
-¿Lo ves? Lo has sentido…- Hace una pausa corta.- Has podido sentirlo ya que después de todo, esta isla está más cerca del cielo de lo que te imaginas.
Nuevamente las lágrimas se me resbalan al notar que lo dicho es cierto. Miro al cielo en un acto de devoción y lanzo un beso al infinito deseando que mi amor lo pueda alcanzar.


28.1.12


Y si el príncipe no hubiera aparecido... ¿Habría dormido Blancanieves eternamente en su ataúd de cristal? O ¿Tarde o temprano habría despertado, habría escupido la manzana, buscado trabajo, una buena asistencia sanitaria y un hijo del banco de esperma de su barrio?
No puedo evitar preguntarme si dentro de cada mujer soltera, independiente y segura de si misma, no habría una PRINCESA frágil y delicada, esperando que alguien la RESCATARA...


Wonderland.


Eso es lo que necesito, un billete de avión, pero no uno normal, sino uno que  me lleve al País de las Maravillas, a pasar un buen rato con Alicia, ya que ella nunca me dará la espalda. Y si me la da todavía me queda aquel tipo loco y el gato de rayas, o, tal vez, uno que me lleve a Nunca Jamás, para enrollarme con Peter y vivir nuestro propio cuento en nuestro propio mundo. Además, siempre tendré la posibilidad de ponerle los cuernos con Garfio.


27.1.12

Capaz.

Y se dio cuenta de que la vida no era eso. La vida es caer y levantarse, y volverse a caer y volverse a levantarse. La vida es alegrarte los viernes y joderte los lunes. Abrazarte a quien te abrace y a quien no te abrace pues no te abrazas y punto, y no pasa nada.


Astuta.

B.I.T.C.H: Beautiful, Intelligent, Talented, Charming and Hot

Y no hay nada más bonito en este mundo que las Féminas (y mi amor por ELLAS). Somos muy astutas, si ya lo decía mi madre... toda mujer es princesa.

Aquí no hay zorras que valgan. Hoy soy YO la que decido cómo seguir con TODO en este oasis de realidad.

Todas.

We found love.

It's like screaming but no one can heard. You almost feel ashamed that someone could be that important, that without them you feel like nothing. No one will ever understand how much it hurts. You fell hopeless, like nothing can save you. And when it's over and it's gone, you almost wish have all the bad stuff back, so you can get the good. 


We found love in a hopeless place...

O sea, Samantha.

Todos admiramos a Samantha. En primer lugar, no es fácil que una mujer de más de cuarenta años consiga tíos de veinticinco. En segundo lugar, Samantha constituye una inspiración para Nueva York, pues en esta ciudad, si eres una soltera triunfadora, tienes dos opciones: dejarte la piel intentando encontrar una relación estable o mandarlo todo al cuerno y limitarte a disfrutar del sexo como hacen los hombres.


O sea, Samantha Jones.

Carta de Beethoven a su amada.

Incluso cuando estoy en cama mis pensamientos van a hacia ti, mi eternamente querida, ahora y entonces alegremente, después otra vez tristemente, esperando para saber si el Destino oirá nuestra plegaria, para hacer frente a vida que debo vivir en conjunto contigo o nunca verte. Sí, estoy resuelto a ser un extranjero vagabundo hasta que pueda volar a tus brazos y decir que he encontrado mi hogar verdadero con usted y envuelto en tus brazos puedo dejar que mi alma flote hasta el reino de almas bendecidos. ¡Ay!, desafortunadamente debe ser así. Debes estar tranquila, tanto más pues sabes que te soy fiel; ninguna otra mujer podrá nunca poseer mi corazón, nunca, nunca. ¡Oh Dios!, por qué debe uno ser separado de aquella que le es tan querida. Para más, mi vida en Viena es actualmente desgraciada.Tu amor me ha hecho el más feliz y el más infeliz de los mortales. A mi edad necesito estabilidad y regularidad en mi vida, ¿puede esto coexistir con nuestra relación? Ángel, acabo de oír que va el correo cada día, y por lo tanto debo cerrar ésta, de modo que puedas recibirla la inmediatamente. Mantente tranquila; solamente al considerar tranquilamente nuestras vidas podremos alcanzar nuestro propósito de vivir juntos. Mantente tranquila, amame, hoy, ayer. Qué nostalgia llena de lágrimas por tí, por tí, por tí, mi vida, mi todo. Todos los buenos deseos a tí. Oh, continúa amándome, nunca juzgues mal el corazón fiel de tu amado.

Siempre tuyo.
Siempre mía.
Siempre nuestros.

Si, manías.

Tengo la manía de escribirme los brazos y manos en clase, con el nombre de esa persona. Tengo la manía de que, si llevo suéter o chaqueta, agarro las mangas tapando mis manos. Tengo la manía de llevar siempre las uñas pintadas, pero bastante mal. Tengo la manía de que, cuando hace frío, no paro de mover los pies, o de dar golpecitos con los dedos sobre mi pierna. Tengo la manía de tocar mi pelo constantemente, pero luego decirle a los demás que no lo hagan. Tengo la manía de ayudar a la gente, es inevitable no hacerlo. Tengo la manía de sentarme de la manera mas complicada. Tengo la manía de contestarle "Nada, estoy bien", y cambiar de tema cuando alguien me pregunta qué me pasa. Tengo la manía de morder mi labio inferior, constantemente. Tengo la manía de sonreír como una tonta, tapar mi boca con la mano y bajar la mirada. La manía de intentar que todo sea perfecto, y a la misma vez que no sea aburrido. Lo de contestar a mis padres, aunque traiga problemas, también es una de mis manías. Tengo la manía de tener siempre un lápiz en la mano a la hora de estudiar. Tengo la manía de intentar hacerme la fuerte con los asuntos de los demás, cuando soy mucho más débil que ellos. Tengo la manía de escuchar música lenta, sobre temas tristes cuando estoy mal, aunque eso me deprima todavía más. Tengo la manía de reír, exacto, la manía de reírme por absolutamente todo. Tengo la manía de salir a la terraza y sentarme en el frío suelo cuando necesito pensar. La manía de interpretar todo lo que cuento con gestos y emociones incluidas, exagerando quizás las cosas. La manía de cambiar de ánimo mil veces al día. La manía de preocuparme por los que me importan. 
Tengo... la manía de tener miles de manías, y una sola debilidad; creerme fuerte, cuando no lo soy.