-No soy
ningún idiota –dijo Mr. Importante.
Estaban
sentados en primera. Volvían a casa.
-Lo sé
–dijo Carrie.
Mr.
Importante bebió de su bloody-mary y se sacó un libro de su bolsillo.
-De
hecho, soy muy perspicaz.
-Ya
–dijo Carrie-. ¿Qué tal el libro?
-Son
raras las veces que se me escapa algo.
-Lo sé
–dijo Carrie-. Por eso ganas tanto dinero.
-Me doy
cuenta de todo lo que sucede a mi alrededor –dijo Mr. Importante-. Y sé que te
gustaba ese tío.
Carrie
bebió de su copa.
-Hummm
–musitó-. ¿Qué tío?
-Sabes
perfectamente a quién me refiero. Tyler.
-¿Tyler?
–repitió Carrie. Sacó su libro y lo abrió-. Me pareció simpático. E
interesante. ¿Y qué?
-Te
gustó –dijo Mr. Importante con tono despreocupado. Abrió su libro.
Carrie
simuló leer.
-Me
gustó sólo como amigo.
-Yo
estaba allí y lo vi todo. Te agradecería que no me mintieras.
-De
acuerdo –dijo Carrie-. Me sentí atraída por él, pero sólo un poco.
Nada
más decirlo, comprendió que era un error. No se había sentido atraída en
absoluto.
-Soy
una persona adulta –dijo Mr. Importante. Cerró el libro y cruzó las piernas.
Sacó una revista del bolsillo que tenía delante-. Puedo aceptarlo. No me duele.
Vuelve y vive con él en su castillo. Puedes disparar flechas todo el día.
-No
quiero vivir en un castillo –repuso Carrie. Entonces se echó a llorar. Lloraba
sobre uuna mano con la cabeza vuelta hacia la ventana-. ¿Por qué haces esto?
–preguntó-. Estás intentando deshacerte de mí. Te estás montando toda esta
película para poder dejarme.
-Dijiste
que te sentías atraída por él.
-Un
poquito –susurró Carrie-. Y sólo porque tú me hiciste decirlo. Sabía que
pasaría esto. Lo sabía –Sorbió-. En cuanto le vimos, sabía que ibas a pensar
que me gustaba, pero yo jamás habría pensado que me gustaba si tú no hubieses actuado como si pensaras que me
gustaba. Entonces tengo que pasarme el día actuando como si no me gustara para
que tú no te enfades. Y lo peor es que, para empezar no me gusta. En absoluto.
-No te
creo –dijo Mr. Importante.
-Es
cierto. Oh Dios. –Carrie se volvió y lloró un poco más. Luego se inclinó hacia
Mr. Importante y, con voz alta y clara, le susurró al oído-: Estoy loca por ti
y lo sabes. No quiero estar con nadie más. Y no es justo, no es justo que te
comportes así.
Abrió
su libro.
Mr.
Importante le dio una palmadita en la mano.
-No te
preocupes –dijo.
-Ahora
soy yo la que está enfadada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario