27.9.12

[ ¿Dónde quedó esto? ]


—Ese vendedor de venenos huyó de la luna de mi vida —dijo al final Drogo, después de estar un rato en silencio—. Ahora correrá tras ella. Eso hará. Jhogo, Jorah el Ándalo, a cada uno de vosotros os digo esto, elegid cualquiera de mis caballos, y será vuestro. Cualquiera excepto el mío y plata que fue mi regalo a la luna de mi vida. Eso os obsequio por lo que habéis hecho.
»Y a Rhaego hijo de Drogo, el semental que montará el mundo, a él también le prometo un regalo. A él le entregaré esa silla de hierro en la que se sentaba el padre de su madre. A él le entregaré los Siete Reinos. Eso haré yo, Drogo, khal. —Alzó la voz y levantó el puño hacia el cielo—. Llevaré mi khalasar hacia el oeste, adonde termina el mundo, montaré en los caballos de madera que cruzan el agua de sal negra, como ningún otro khal ha hecho antes. Mataré a los hombres de los vestidos de hierro y derribaré sus casas de piedra. Violaré a sus mujeres, tomaré a sus hijos como esclavos, y traeré sus dioses a Vaes Dothrak para que se inclinen bajo la Madre de las Montañas. Lo juro yo, Drogo, hijo de Bharbo. Lo juro ante la Madre de las Montañas; las estrellas son testigo.


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